El viaje del
Laberinto

Historia del Laberinto

La palabra Laberinto no tiene un significado claro, lo que sí se ha concluido y me parece muy acertado es que es una palabra compuesta de dos partes, la primera laber significa labor, trabajo, e into, significa interior. Por lo tanto, laberinto viene a significar trabajo interior. 

El laberinto con el que trabajo es el Laberinto de Creta si bien, no existe ni se ha encontrado este laberinto en Creta, viene del mito del Minotauro. 

En donde sí existen creaciones en la tierra de este laberinto es de los Celtas y de ahí es que accedí a este Laberinto. También se ha encontrado en diferentes grabados que datan de hace más de 3000 años.  

Significado del laberinto en diferentes civilizaciones.  

La figura del laberinto se halla en grabados, incluso prehistóricos, pero de allí solo tenemos las pinturas rupestres.

Estas espirales laberínticas se hallan junto con figuras de Diosas. Se entiende que los laberintos eran herramientas que nos conectaban con el mundo espiritual y Divino, así como también se dice que es el recorrido que tienen que hacer las almas al morir para reencontrarse con la fuente, y luego volver a nacer.  

Se han hallado laberintos en pueblos prehistóricos, en civilizaciones como Egipto, Celtas, Grecia, Mayas, otros pueblos aborígenes. Alrededor del mundo  existen tallados y dibujos del laberinto.  

La muerte y el Laberinto.

Los laberintos están muy relacionados con la muerte. En muchas civilizaciones, como los egipcios, incluso los nerdentales, quienes enterraban a sus muertos en posición fetal, creyendo que al morir vuelven al vientre de la madre tierra, hablan de la muerte como si esta nos regresará al útero de dónde venimos, también le podemos llamar, fuente, Dios o inteligencia.

Muchas civilizaciones antiguas veían la muerte como un paso hacia el regreso al origen de toda existencia., de alguna manera, estaban conectados a los ciclos astrológicos.

La construcción de este laberinto se basó en toda la información de los Celtas y de canalizaciones que tuve en su construcción y desarrollo del mismo.  

El laberinto como símbolo de transformación

Podemos encontrar el mismo significado de este laberinto en diferentes peregrinajes como son el de Santiago o le dé la meca, todos se hacen para llegar a un centro, un objetivo donde la persona se transforma. De la misma manera, Moisés cruza el desierto. 

A lo largo de la historia tenemos muchos ejemplos de laberintos, todos representando lo mismo, con diferentes caminos, diferentes formas, pero todos buscan los mimos, peregrino que en cada paso llevan un proceso que es el de la muerte para renacer, muerte y resurrección.  

Existe un laberinto mayor, en continuo movimiento, que nos va llevando por diferentes caminos y en cada uno nos trasforma, que es el universo en sí. La máxima verdad indiscutible e inexorable es que estamos en continuo movimiento y ese movimiento es similar al de la espiral. 

Se dice que la máxima verdad es la de que estamos en evolución continua, pero eso es la consecuencia de estar en movimiento, el movimiento es lo que nos lleva a evolucionar y expandirnos.  

Cuando estamos en el laberinto, recorremos el camino de evolución, que de otra manera, tardaríamos tal vez varios años en comprender y obtener sus frutos. 

Con el laberinto hacemos los mismos movimientos que nos conectan y despierta a otra realidad mayor. 

El objetivo tanto del laberinto como del peregrinaje es llegar a ese centro, casa de Dios, fuente donde nos espera la unidad y conexión con la misma. 

En otras palabras, al llegar al centro, nuestro cuerpo físico se unifica al espíritu, al alma y a la inteligencia. En ese momento nos convertimos en otra persona, nuestra visión se expande y el regreso del camino somos una persona diferente, por lo tanto, el camino será diferente.  

Caminar o andar, la intención marca la diferencia.

La diferencia entre caminar y andar es la intencionalidad y la consciencia. Cuando andamos no hay una intención de llegar a un objetivo, sino que fluimos y recorremos un camino sin enfocarnos. Esto no significa que sea en vano o no sirva, pero lo que conseguiremos es aleatorio. En cambio, en el caminar tenemos un objetivo, una dirección.  

Por ello, es muy importante al entrar al Laberinto, excepto en el del inicio, que siempre tengamos un objetivo. Entramos con la intención de desarrollar, explorar un área de vida, por ejemplo;  

Saber qué me impide conectar con mi pareja o crear una relación sana.  

Cómo funciona mi Marte o mi guerrero interior y mi deseo.  

Dependencias y apegos que me limitan. 

Etc. 

Naturaleza del laberinto dual 

En el laberinto encontramos una naturaleza dual, el recorrido es circular, pero a la vez lineal, simple y complejo. Su recorrido es complejo, constantemente va avanzando y retrocediendo. En él encontraremos esta dinámica del alfa y el omega, empezado por el arquetipo de peregrino y el arquitecto del laberinto, es decir, el constructor y quien lo recorre.

A continuación les describiré otros ejemplos de la dualidad del laberinto. 

El tema de la dualidad también lo encontramos en la rueda del zodiaco, ya que en realidad no son 12 signos, sino 6 con su correspondiente signo opuesto complementario. 

El caminante y el arquitecto 

En el centro está la clave, podemos recorrer el laberinto con dos miradas, la mirada del caminante (interna) y la del arquitecto (externa). La mirada del caminante va siempre asociada a la fe, a la confianza y a la entrega del proceso, que significa recorrer el laberinto, un proceso de muerte y resurrección.
En el laberinto entra una persona y sale otra siempre.

Desde la visión del caminante, esta siempre estará restringida, confusa, hay un desconocimiento, pero también existe esa confianza de que se va avanzando hacia el centro.
Por otro lado, está la visión del arquitecto, quien ve todo el camino y el recorrido, por lo tanto, comprende el orden supremo.
 

Por todo esto antes explicado es que el laberinto tiene una naturaleza dual, como el universo, y representa al mismo tiempo la confusión y la claridad, la multiplicidad y la unidad, el centro y la periferia, el encarcelamiento y la liberación, el caos y el orden.  

Conclusión 

El laberinto es una llave, y como es dual, al mismo tiempo es un portal. En esta vida continuamente estamos recorriendo laberintos, procesos que por lo general se repiten sin cesar, debido a que no estamos unificados en los 4 cuerpos que siempre menciono (cuerpo, espíritu, alma e inteligencia) 

Cuando entras al laberinto y llegas al centro, se unifican estos vehículos de la inteligencia y despiertas, cruzas el portal y mueres. Al regresar puedes ver con claridad tu proceso, tu respuesta, ya que previamente te has unificado, conectado y despertado a tu inteligencia. Por lo tanto, desde ahí puedes dirigirte con consciencia y salir del Laberinto.  

El laberinto está para que puedas conectar desde el corazón con la existencia, contigo y con el Todo. Recorrerlo es acelerar cualquier proceso a través del movimiento sagrado, la danza del universo, que nos lleva a la expansión y a nuestra inteligencia. 

CONOCE MÁS ACERCA DEL LABERINTO